Todos sabemos que las traducciones no pueden ser literales: es necesario estudiar el texto y reorganizar las frases para lograr una traducción fiel pero adaptada a otra cultura.
La calidad de una traducción es el grado de similitud entre el texto final y el texto original, y el grado de ajuste entre el texto final y las normas lingüísticas del idioma de destino. En otras palabras, se puede evaluar la calidad de un texto a partir de su inteligibilidad (la traducción es comprensible) y por su fidelidad (el mensaje transmitido por la traducción refleja con exactitud el mensaje original).
¿Qué elementos definen la inteligibilidad?Hay factores que se pueden tener en cuenta a la hora de evaluar un texto traducido. Te los detallamos a continuación para que puedas tenerlos en cuenta.
- Lectura clara y fácil, sin problemas de estilo.
- Ausencia de errores gramaticales.
- Uso de terminología adecuada a su especialidad.
- Sintaxis sin errores.
- Mensajes transmitidos con claridad.
Uno de los aspectos más importantes en una traducción es que el resultado final del texto traducido sea fiel al texto original. Te damos algunas claves para identificar su fidelidad:
- La traducción expresa los mismos significados de los mensajes del original.
- No hay interpretaciones equivocadas de oraciones o palabras.
Otros factores objetivos que pueden ser evaluados por el cliente son los siguientes:
- Errores de ortografía.
- Errores de puntuación.
- Errores de sintaxis.
- Errores gramaticales.
- No cumplimiento de instrucciones.
- Uso de palabras equivocadas cuyo significado no tiene relación con el contexto.
- Errores de formato.