Se define como traducción la actividad consistente en comprender el significado de un texto para producirlo en otro idioma pero teniendo el mismo significado. En entregas anteriores explicamos cuáles son los métodos de traducción, veamos ahora qué técnicas de traducción pueden emplearse:
- Adaptación: consiste en reemplazar una realidad en un idioma por la misma realidad en otro. No se hace con las mismas palabras pero sí de manera que resulte más comprensible para quien vaya a leerlo o escucharlo.
- Expansión: el texto se amplifica por razones de estructura o cuando debe acabarse con la ambigüedad de los textos originales. Esto suele hacerse al traducir de inglés a español, ya que muchos términos ingleses carecen de género y en español si hay que especificar si se trata de género masculino o femenino.
- Reducción: es el procedimiento inverso al interior.
- Préstamo: consiste en utilizar palabras del texto original en el traducido y suelen escribirse en cursiva. Ejemplo: sandwich o blue jeans.
- Compensación: suele utilizarse por los traductores en el caso de no encontrar una correspondencia adecuada. Se utiliza tanto la expansión como la reducción, según convenga en cada momento.
- Calco: se crean palabras siguiendo la estructura de la lengua de origen, como por ejemplo de “basketball” se creó “baloncesto”.
- Modulación: consiste en variar la forma gracias a un cambio semántico, haciendo la nueva traducción desde un nuevo punto de vista. Por ejemplo, si la traducción real te da “no es difícil de demostrar”, en realidad se traduciría como “es fácil de mostrar”.
- Transposición: se cambia la categoría gramatical sin que cambie el sentido del mensaje.
- Equivalencia: el significado de una palabra se corresponde tanto en un idioma como en otro, siendo palabras equivalentes que tienen el mismo significado.