Muchos descubren que presentar su currículum (enlace a: Aspectos a tener en cuenta al traducir un curriculum vitae) a la hora de encontrar trabajo no es suficiente, ya que éste debe estar acompañado por su expediente académico, debidamente traducido. En ocasiones, esta traducción debe ser jurada y oficial.
El expediente académico es un documento que certifica la titulación obtenida por un alumno. Señala una a una las asignaturas cursadas, sus correspondientes horas lectivas y la evaluación obtenida en cada una de ellas. Además, incluye datos personales del alumno e información sobre el plan de estudios y la entidad que expide el expediente.
Muchos centros de enseñanza europeos, sobre todo universidades, emiten sus títulos en el idioma propio y también en inglés, siguiendo las directrices de la Unión Europea. Lo hacen a través de un suplemento que se ajusta al modelo elaborado por la Comisión Europea, con el objetivo de mejorar la transparencia internacional y facilitar que se reconozcan las calificaciones académicas dentro de las fronteras de la Unión.
Si se desea proseguir o validar los estudios en países que no pertenecen a la Unión Europea, es normalmente necesario realizar una traducción jurada del expediente académico.
El traductor que se encargue de traducir un expediente académico debe conocer tanto el sistema de estudios del país originario como el del país de destino. Es necesario, por ejemplo, hacer un cálculo del valor de las asignaturas: en España y la Unión Europea las asignaturas se miden en ECTS, créditos que contabilizan las horas que el alumno debe dedicar al estudio de cada asignatura. Este sistema no se usa fuera de las fronteras de la UE.
Además, debe traducir con precisión el nombre de las asignaturas y el nivel de la titulación, y adaptarlas al sistema educativo del país de destino. Para ello, es necesario también conocer la legislación y las normativas relacionadas con la educación y la formación.
La traducción de expedientes académicos debe realizarse siguiendo unos estándares definidos por cada país en concreto, por lo que dejarla en manos de traductores especializados es siempre una buena idea. La presencia de errores u omisiones en la traducción de un expediente puede hacer que éste no sea aceptado o dar lugar a malentendidos a la hora de validar los estudios en el extranjero.