Un traductor profesional sabe, sin lugar a dudas, cómo debe realizar su trabajo y cómo debe presentarlo a un cliente, tanto si éste es un particular o una empresa como si se trata de una agencia de traducción. Sin embargo, hay ocasiones en las que se piden unos criterios específicos en el desarrollo del trabajo o en la forma de entregarlo que no deben permitir que se reste la calidad del mismo.
En estos casos, en primer lugar hay que tener claras las instrucciones que se indican y, antes de empezar, consultar todos los puntos que puedan resultar confusos o que no se hayan acabado de comprender. Si ya de por sí es conveniente tener una comunicación fluida con el cliente para que no haya equívocos, cuando se requiere algún tipo de condiciones diferentes a las habituales, cuidar este aspecto es algo fundamental.
No obstante, conviene tener siempre en cuenta algunas consideraciones generales, por ejemplo, en el ámbito de los nombres de los archivos o de los formatos. Así, respecto al nombre que se le debe dar a los archivos, lo mejor es mantener el original, aunque es posible añadir la terminación del idioma al que se esté traduciendo -_esp, _fr, _ing, _port, etc.-
También hay que tener en cuenta que muchas agencias de traducción disponen de un código propio, en cuyo caso es imprescindible conocerlo y aplicarlo o, si surge alguna duda, preguntar siempre antes de entregar el trabajo.
Por otra parte, hay que prestar atención siempre al formato del archivo. Generalmente, la presentación se realizará siempre con el mismo tipo de archivo –si el cliente envía un .doc se le devolverá un .doc, si es un .ppt debería enviarse un .ppt siempre que éste sea editable-, aunque en el caso de los .pdf o de las imágenes es importante aclarar que la traducción se realizará con un .doc u ofrecer algún tipo de servicio de maquetación.
Igualmente, conviene consultar con el cliente desde el principio la forma de entrega del trabajo. El envío puede realizarse de formas muy diversas, aunque la más frecuente es el correo electrónico o, incluso, el correo postal, pero hay ocasiones en las que se necesitan los archivos encriptados o recibirlos en un FTP.
Se trata, en definitiva, de seguir cuidando los pequeños detalles que son los que, finalmente, aportan diferencias y favorecen que los clientes elijan entre unos traductores y otros.
Foto: traduccion365.com